Laboratorio de anaplastologia: para verse como si nada hubiera pasado

El nacimiento de las leyendas urbanas suele ser, en la mayoria de los casos, siempre el mismo: alguien cuenta una historia inventada de principio a fin que, por algun milagro sociologico, casi como si fuera un virus, comienza a tener vida propia y a circular de boca en boca hasta convertirse en un mito del que todo el mundo escucho hablar aunque nadie sepa cual fue su origen.

De esa manera surgieron, seguramente, las innumerables leyendas que hablan, a cuatro decadas de su muerte, de un Jim Morrison gordo y barbudo paseando por los desiertos de California o de un Jimmy Hendrix que, noche tras noche, aparece en bares de todo el mundo solo para darse el gusto de volver a tocar la guitarra en publico.

Lo comun a estas dos leyendas (y otras que involucran a gente como Elvis Presley y Janis Joplin) es que incluyen el dato que las estrellas de rock fingieron su muerte tras sufrir un accidente que los dejo irreconocibles y, para que sus fans no vieran su nuevo aspecto, prefirieron ocultarse a los ojos del mundo.

Más alla de lo parecido que suena todo a El fantasma de la opera, lo cierto es que si realmente sucedio algo asi, estas estrellas de rock, con los millones que tienen hoy por hoy acumulados en su cuenta podrian volver cuando quisieran a la vida normal visitando cualquier laboratorio de anaplastologia.

Su trabajo, precisamente, es reconstruir con protesis esteticas de silicona a pacientes que tienen ausencias causas por traumatismos, agenesis congenitas o han sufrido tratamientos oncologicos demasiado radicales.

Ademas, dispone de la colaboracion  un amplio equipo de cirujanos tanto maxilofaciales como cirujanos plasticos  por si se hiciera necesaria cualquier tipo de intervencion de colocacion de implantes.